Devocionales del A.T-Genesis 1:14-25
Génesis días del dos al seis (1:14-25)
En el texto de hoy vemos varias cosas importantes. El proceso creador de Dios es un proceso de orden. Desde la tierra desordenada y vacía del versículo 2, Dios va organizando y llenando. Observamos que Él separa elementos: las aguas de arriba de las aguas de abajo, el agua de lo seco, y las plantas según su género. Dios es un Dios personal, que se relaciona con cada ser individualmente, aunque al mismo tiempo cuida de toda la tierra y de toda la creación.
Dios repite una y otra vez la expresión “bueno”. Todo lo que Él hace es bueno; nunca el mal proviene de Dios. Santiago lo explica claramente:
“Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie.”
(Santiago 1:13)
También vemos la especificidad con la que Dios crea. Esto refleja su carácter y nos da orden y seguridad. Imagina plantar una semilla sin saber qué fruto dará: la vida sería muy incierta. Pero Dios hace todo correctamente, asegurando que cada semilla dé el fruto correspondiente y conserve su género.
Cuando Dios da nombre a las cosas, las define. En la Biblia, el nombre no solo sirve para comunicarnos, sino que refleja el significado, la utilidad y la identidad de lo que se nombra.
Cuántas enseñanzas podemos extraer de textos que a simple vista parecen sencillos.
Es fascinante que Dios, incluso en la oscuridad, coloca la luna y las estrellas para mostrarnos luz y guiarnos. En la antigüedad, por ejemplo, las estrellas se usaban para orientar los barcos durante la noche.
Otro aspecto notable es que Dios da a su creación una de sus cualidades especiales: la capacidad de dar vida. Así, cada planta y cada animal tiene la capacidad de reproducirse, reflejando la generosidad y el orden divino.
Dios es ordenado y nosotros debemos reflejar ese carácter. No se trata solo de ser personas organizadas, sino de respetar el orden de Dios, obedeciendo su voluntad. La rebeldía es oponerse a ese orden, y de ahí surge el origen del mal. El mal no proviene de Dios; surge de no querer lo que Dios hace. Visita nuestra web oficial: https://www.iglesiaciudadmeridiana.org/
En el amor del Señor,
Pr.Gabi López
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